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sábado, 6 de noviembre de 2010

Nada existe si no tiene un opuesto. Busca el tuyo y, cuando lo encuentres, no lo sueltes jamás, porque no podrás vivir sin él.

- ¿Cómo estás tan segura de que esta vez es la buena, de que es él y no otro?

 

+ Porque, verás, en la vida, encontrarás que cada cosa tiene su extremo, y que esto es imprescindible para que tal cosa, u otra, exista. A ver, respóndeme: ¿Cómo podría existir el día sin la noche? ¿Cómo podrías notar el calor si no existiera el frío? ¿Qué me dices de la oscuridad sin la luz? ¿Cómo podrías, aunque solo fuera por un momento, experimentar la felicidad, si nunca en toda tu vida hubieras sentido el dolor, o el sufrimiento? Nada de eso podría existir sin su contrario. De ahí que yo piense que esta vez sí es el mío, que ahora él es el de verdad. Porque cada vez que lo miro, lo veo diferente, no es lo típico, lo de siempre, no es idéntico a mí. Todo eso de la media naranja refiriéndose a alguien que siempre piensa como tú, alguien a quien le gustan las mismas cosas que a ti, que nunca te lleva la contraria… Éso es aburrido.   Eso de la media naranja, es un cuento chino, porque esas relaciones nunca funcionan, uno se aburre siempre del otro. O ambos. Porque siempre es lo mismo. Éso es lo que me convence de que esta vez sí que funcionará. Simplemente poque es mi opuesto. Siempre se dice eso de que “los polos opuestos se atraen”. Bueno, eso no es cierto del todo. No solo se atraen, sino que se necesitan. Un polo no puede existir sin el otro. Y, ahora mismo, creo que yo tampoco podría vivir sin él.   

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