Seguidores

martes, 26 de abril de 2011

Será porque él no me odia tanto y a mí me van las causas perdidas.

Le da mil vueltas, y lo enfoca desde la derecha, y desde la izquierda, pero es tan inútil como luchar contra la gravedad. ¿No es acaso un esfuerzo en vano usado? No está segura de qué es lo mejor, pero es consciente de cuál es la opción más fácil. No sabe qué le conviene, ni qué es lo que quiere que le convenga, pero sabe lo que quiere conseguir. No le convencen los medios, pero ansía el fin, que justifica lo anterior. Duda de los pasos, del camino que debe seguir, del premio a recibir. No tiene claro cuál es la meta, el destino, y a veces tiene miedo. Y, mientras tanto, sigue dudando, titubea. Pero todas las inseguridades se desvanecen con la salida de él, del sol, de su sol.


Que, a veces, las cosas que más se dudan, son las que más claras están. 

martes, 19 de abril de 2011

Lo tienes todo... menos a él.

Y cuando lo dejas marchar, así, sin más. Y luego miras atrás, con la certeza de un ayer que no se va, y la inseguridad de un mañana que sabes que vendrá.

domingo, 10 de abril de 2011

Solo eramos tú y yo, contra el mundo.

El otro día vi a un chico que llevaba unas zapatillas como las tuyas. Ayer sonó en la radio tu canción favorita. Los ojos de mi gato tienen el mismo color que los tuyos. A veces parece una tontería, pero quién sabe, tal vez lo entiendas... quizás sepas de que te hablo si te digo que todo me recuerda a ti. Y cómo me agarrabas por las noches, y las arruguitas que te salían al reír. Entonces, me acuerdo de todo, el lugar, el momento. Recuerdo la música, miradas, sonrisas, anhelo, y tus manos sobre mi cintura. Recuerdo nombres tintados sobre la piel, y ganas de empezar de cero... contigo. Y por dentro hay algo que me pica, me escuece. Puede ser que ese sea el justo instante en que me doy cuenta de que no hay nada más triste que un recuerdo feliz.


domingo, 3 de abril de 2011

8 horas sueño contigo, las otras 16 pienso en ti.

“Quédate esta vez”. Y hubiera deseado poder hacerlo, poder decir: “Esta noche que les den a todos, que ahora soy cien por cien para ti”. Y dejar tirado al mundo. Y todo hubiera sido diferente, bastante diferente. 



“No te vayas”. Y me hubiera gustado ignorar los hechos, las dificultades. Querría haber pasado por alto que el tiempo y las distancias no son ficción, que nunca lo han sido, y que siempre van a estar ahí, tratando de romper lo irrompible. 


“Vuelve, te echo de menos”. Y créeme si digo que habría renunciado a todo y todos porque sí, por verte, por ir. Y hubiera hecho lo posible y lo imposible, y que les follen a los demás, que me gusta demasiado el blanco de tu sonrisa, y lo verde de tus ojos. 

 
Y, que una noche burlemos todo éso, y lo juro, lo haremos. Y reírnos así de la distancia, el tiempo, y el olvido. Que, por el momento, nada puede contigo y conmigo.