Seguidores

lunes, 5 de septiembre de 2011

Some things are better left unsaid

Las cosas que no nos dijimos ejercen peso sobre mis hombros, pero creo que esa es una fuerza de la que hace ya un tiempo que he conseguido zafarme. Recuerdos que se suceden interminables tras el naufragio de un barco de papel que se sabía que se hundiría desde el mismo momento en que desembarcó, porque algunas cosas son así, ya sabes, abocadas al fracaso desde el principio. Aunque a veces algunos ilusos albergamos un velo de esperanza depositada sobre ese barco frágil que a duras penas se tambalea sobre el agua, imaginando que llega a atracar en el puerto que hubiera debido. O en el que hubiéramos querido, más bien. Conservamos esa chispita de ilusión porque, quién sabe, tal vez ese delicado velero se mantenga un tiempo a flote. O no. Algunos idiotas preferimos quedarnos a comprobarlo.