Seguidores

viernes, 31 de diciembre de 2010

14 años y 8 meses bien invertidos.

A tu lado.
No recuerdo como empezó todo. Probablemente con un balbuceo, alguna risa y, porqué no, algún llanto a la hora de la comida. Supongo que luego llegarían las palabras, el escondite, el pilla pilla, y todas esos juegos a los que todo niño inocente juega. El colegio, los recreos. Las cocinitas, jugar a papás y mamás, las pinturas de dedos… y los pictogramas. Acompañado todo por los secretos tímidos de niñas de infantil. Más tarde, secretos tímidos de niñas de primaria. Después, esas cosas, esos secretos, esas confesiones, empiezan a cobrar un poco más de importancia, a ser más complicadas que antes. Supongo que también menos de lo que serán en un futuro. Secretos ya no tan tímidos, sino pícaros, de niñas de secundaria. Y espero que en bachiller también. Porque si todos estos años los he pasado a tu lado, te garantizo que no han sido desaprovechados en absoluto, y que no hay cosa que me pudiera hacer más feliz que ver como pasamos otro año más juntas, amiga. Que si hace tanto que nos conocemos, y aún te quiero de esta manera, supongo que ésto no es cualquier cosa. Y más que suponerlo, lo puedo asegurar. Ésto no es cualquier cosa, es especial. Y lo seguirá siendo durante mucho tiempo. Habrá mucha gente que ésto no lo entienda. Y aún más gente que crea entenderlo y en realidad no sienta ni la mitad de ese inmenso amor que siento yo por ti. Dicen que todo el mundo siempre cree que siente con más intensidad que los demás, que todo lo que cada uno vive siempre es superior a lo que viven los otros. Pero, tan solo por esta vez, llevando la contraria a las líneas anteriores, yo afirmo que sí, lo es, que no creo que nadie sienta así, que nadie se sienta así de bien con otra persona. 



Te quiero hasta el infinito y más allá.  

lunes, 27 de diciembre de 2010

¿Qué me dices?



No, no será fácil, lo sé. Pero escúchame tan solo unos segundos. Cierra los ojos. Visualiza todo lo que hemos pasado juntos, tú y yo, y nadie más. ¡No! No los abras aún. Respira hondo, despacio. Toma una gran bocanada de aire. Ahora imagina, por un momento, todo lo que podríamos llegar a hacer, lo que podríamos llegar a ser. Imagina tu mano y la mía, entrelazadas, mientras damos un paseo por la playa, al atardecer. Y como dos locos enamorados, correr hacia el agua, y sumergirnos. Besos con sabor a sal. Imagina, una tarde lluviosa, una película que me hiciera llorar. Nosotros bajo la manta, sobre el sofá. Y yo escondiendo la cara en tu pecho, porque sabes que odio que me vean llorar. Imagina despertar por la mañana y ver mi cara. Imagina un diluvio, en la noche, mientras volvemos a casa. Bailar sin música, un vals. Y, sabes que tengo vértigo, pero, por si te gustara la idea, imagínanos saltando de un avión con un paracaídas, porque sería capaz, solo si tú me lo pidieses. Imagina como sería visitar París a mi lado. Imagínate oír mi voz susurrándote “te quiero” todos los días. Imagina mil locuras, noches en vela, ataques de amor, explorar cada rincón de la felicidad. Y todo esto agarrado de mi mano. Mirarme a los ojos cada día. ¿Lo imaginas? No necesito que me digas nada. Sonríeme, tan solo éso. No te estoy pidiendo una nueva oportunidad, yo lo que quiero es continuar con la primera. 


jueves, 23 de diciembre de 2010

Sí, porque sí.

Continuamente me pregunto a mí misma qué es lo que pasa conmigo. Qué es lo que siento. Qué es lo que quiero sentir. Qué es lo que debería sentir. Qué razones tengo para sentirlo, porqué lo hago. Nunca obtuve respuesta. Estoy harta de preguntarme, harta de porqués, de ataduras. ¿Razones? ¿Quién las necesita? ¡A la porra con las razones! Solamente lo siento, no lo pienso, no lo analizo. Ya no. Y ahora ya sé todo cuanto necesito saber. Te quiero. A ti, aquí y ahora. No sé por qué, pero tampoco me lo pregunto más. Hoy, he aprendido que tal vez no todo tenga siempre un motivo para suceder.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Quiero lo único que no quiero, ni debo, querer.

Siempre había oído eso de que las cosas prohibidas suelen hacerse demasiado tentadoras, pero hasta hace poco no había sido realmente consciente. Supongo que era por inocente, pero todos crecemos, cambiamos, y, en algún momento, todos dejamos de ser pequeños niños ingenuos.
Ahora, las tentaciones hacia todo aquello a lo que no se me permite acercarme empiezan a ser demasiado fuertes, atrayentes. Y no me refiero a drogas, ni a tabaco. Ni tan siquiera alcohol. No. Podría vivir sin todo éso. Hablo de algo diferente, de otro tipo de droga, de otro tipo de adicción, de una atracción distinta. Me estoy refiriendo a ti.

lunes, 13 de diciembre de 2010

¿A qué estás esperando? Porque yo cada día te quiero un poquito más.

Day 1: I first laid my eyes on you.
Day 2: I can't help but think of you.
Day 3 was the same as day 2
Day 4: I FELL IN LOVE WITH YOU. 

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Soñadores.


+ ¡Estás borracho!
- Sí, lo estoy. Y tú preciosa. Pero por la mañana, yo estaré sobrio... y tú seguirás siendo preciosa.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Quiéreme si te atreves.


No, no digas nada. Yo hablaré. ¿Me has echado de menos? Porque yo a ti mucho.
Eres
un verdadero tirano, ¿sabes? Me cuesta estar mosqueada contigo, pero esta te la guardo. No te hagas ilusiones.
Me gustaría hablar pasando del juego... por una vez.
¿Te gusta mi vestido? No estaba segura…se lo he birlado a mi hermana. Tenía éste o otro rojo tipo bomba nuclear o algo así... Debí ponerme ése, lo sé. He debido pasarme más o menos tres horas frente al espejo. Pero ha merecido la pena, ¡estoy guapa! Y espero gustarte, sino te meto un tortazo.
¡Espera! Shhhh... ¿Por dónde iba?
El problema es que si me dijeras "me encantas" no podría creérmelo. Julien, ya no sé cuando es un juego y cuando es verdad.
Estoy perdida. ¡Espera, espera! No he terminado. Dime que me quieres. Dímelo porque yo jamás me atreveré a decírtelo primero. Me daría miedo que pensaras que es un juego.
Sálvame, te lo suplico.

 


jueves, 2 de diciembre de 2010

¡Triste época la nuestra! Es más fácil desintegrar un átomo que un prejuicio.

Fóllatelas todas, fóllate todas sus palabras, que sabes que no son verdad. Que sí, soy joven, pero he vivido lo suficiente para saber que los prejuicios aquí no son pocos, que la gente ahora no es original ni diferente, sino rara, y he notado que el convencionalismo ha aumentado últimamente.
Fúmate sus juramentos, que no son tan ciertos como aseguran, y que todas sus promesas no valen nada. No te fies de todo lo que oigas, cree solo en aquello que salga de las bocas que sabes que te quieren bien, porque no serán pocos los que se te acerquen con una falsa sonrisa y no muy buenas intenciones.
Bébete todas sus miradas por encima del hombro, todos los repasos que te den de arriba a abajo. Que ningún gilipollas tiene que venir a decirte qué hacer o cómo ser, porque ni siquiera ellos son perfectos. Nadie es perfecto y, de todos modos, quien lo piense es demasiado imperfecto e inútil.
Que se prepare esa gente, que buenas ostias les dará la vida.