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martes, 7 de febrero de 2012

El tiempo me ha enseñado a no perder las esperanzas, pero a no confiar demasiado en ellas


Hoy tengo la pluma en la mano y el papel sobre la mesa, y de momento no hay quien me saque tu pensamiento de la cabeza. Tengo una sonrisa pintada en la cara, ningún as bajo la manga, y un plan que poco difiere del habitual. El alma ahogada en recuerdos que me encienden la mirada y las intenciones renovadas. Y si me tiras me vuelvo a levantar, porque la búsqueda de la felicidad pesa más que la necesidad de sentir dolor. 



"El destino suele estar a la vuelta de la esquina. Como si fuese un chorizo, una furcia o un vendedor de lotería, sus tres encarnaciones más socorridas. Pero lo que no hace es visitas a domicilio. Hay que ir a por él" Carlos Ruiz Zafón, La sombra del viento