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martes, 1 de marzo de 2011

Tú, que eres mi cómplice, mi amigo y MI ADICCIÓN.

No sé si es más instinto que necesidad. Avanza, no tengo prisa, tampoco quiero llegar tarde. No me consientas, no dejes que me malacostumbre. No toleres la sonrisa ya habitual de "me encanta que estés aquí", ni las miradas que dicen más que las propias palabras. No permitas que te revuelva el pelo, ni que juegue con tus manos, tampoco que sueñe con tus besos. No dejes que te abrace demasiado fuerte, no consientas que te susurre al oído, ni me hagas sentir importante. Evita que todo esto se convierta en algo demasiado imprescindible, por favor.

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